jueves, 27 de noviembre de 2008

Pequeñas cosas

Son cosas que nunca diré.
Empiezo a buscar ropa en el ropero, en esa pieza tan desordenada. Vidrios en el piso, ropa sucia por demás, discos, y un gato blanco y negro ronroneando estirándose y volviendo a dormir sobre aquel fresco suelo.
Encuentro una remera,
- No esta no, demasiado escote, - encuentro otra -… no esta no poco escote, ambas las tiro a la cama, busco una pollera esta se trasluce… mmm esta no, mejor un pantalón que marque bien. Si.. ese negro, no esta aca! Uhh donde lo habré metido! Pero es poco color, tal vez pensará que no estoy alegre, mejor la verde.. ¿Donde esta la remera verde? .. ah pero esa no es para los días de mucho calor.. mmm… Ya fue..

Busco en una silla llena de frazadas, buzos, camperotas, pantalones, un pantalón de vestir negro…ese me ajusta bien. La remera esta decidida, la nueva que esta abajo.
- AHHHH!! No se le salio la mancha de Fernet!!!
La había manchado la vez pasada en lo de Dany y Andy. Desisto de esa vestimenta, mejor la que me regalaron las chicas. Busco las sandalias y algo para ponerme en el cuello… tal vez lo vea y pregunte de dónde lo saque.
Me miro al espejo, y me peino, me pregunto si mejor me pinto los labios de rojo, o mejor no. Tal vez al natural le guste más, pero arreglarme un poco nunca esta mal. Busco el perfume para las ocasiones especiales ese con gusto a anís.
Pongo la mano sobre la perilla de la puerta, y justo antes de abrir me pregunto… ¿Cuántas veces más podré arreglarme para él? Ojala que sea para siempre.
Y una brisa jugó con sus cabellos mientras caminaba cantando hasta la parada del colectivo.

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