lunes, 10 de marzo de 2008

Primaria

Bueno hoy voy a sacar a la luz los recuerdos de la primaria en el Maria Auxiliadora, seguramente algunos recordaran menos, otros más. No va con el fin de ofender a nadie ni mucho menos es con el fin de atesorar estos bellos recuerdos de cuando eramos niños, los recuerdos que yo tengo de esos días. Los comparto con ustedes, disfrútelos...


Ah, muchas fotos de esos días no tengo, bueno solamente la que voy a subir je, pero si alguien se da el lujo de escanearlas y subirlas bienvenido sea...






Hoy me decidí a contar mi historia, una historia que forma de mi propia vida.
La etapa más feliz de una persona dicen que es la infancia a la cual no se regresara jamás, pero donde quedan los recuerdos más dulces, donde se conocen a los amigos para toda la vida y donde se vive entre sueños y fantasías donde todo se puede hacer realidad y nadie lo puede evitar. Cuando era niña hablando con mi prima Melisa (que es esa amiga que se tiene desde muy pequeño, nació un mes antes que yo llegara al mundo) recuerdo haber comentado que no quería crecer, quería ser niña siempre con lo cual ella concordó también por que si uno era niño siempre no tendría que preocuparse por hacer trabajos y cosas muy complicadas tan solo se quedaría jugando o se aburriría de algunas cosas, claro que para ese entonces no sabíamos lo bueno de ser adulto.
Nuestras madres querían que la primaria la hiciéramos juntas, ya que el jardín había sido complicado para Melisa, no así para mi que tenía un par de amiguitas en el barrio. Aún las recuerdo, mi mejor amiga era Dinora, una joven testigo de Jehová que un año después de terminar el jardín su madre murió por que le cayó sobre si un portón de metal, su padre no quería que volviéramos a vernos quizás por que creería que yo como católica sería mala influencia y nos separó…si hoy la vuelvo a ver no la reconocería. También tenia de amiga a dos chicas que iban siempre juntas y se vestían igual y parece que tenían un apetito insaciable ya que hasta el jabón de tocador se comían!. Había también otra compañerita de jardín que se llamaba Ayelen si mi memoria no me falla y no sabía hablar o no le entendía nada de cada palabra que salía de su boca. También tengo un recuerdo de un niño con corte taza, mi mejor amigo con el que nos internamos en el bosque del fondo de su casa, pero una planta con espinas le agarro el pie a mitad de camino y tuvimos que regresar para que sea sanado por su madre, luego llegaron los demás niños y comimos torta y también algunos bestias la servilleta de la torta.

El colegio, mi primer día de clases… había llegado, tenía terror pero no tanto por que estaba con mi prima, además mi padre y hermanos divirtiéndose me habían hablado de la escuela como la mas terrible calamidad, lo cual resultó ser así pero no para tanto. Veía a todas esas niñas, había entrado a una escuela de mujeres, Maria Auxiliadora y todas teníamos corbatas azules y una jumper, y todas una cara de terror tremenda. Nos dieron la bienvenida al colegio las niñas que entraban a 2do grado con un chupetín y una tarjeta… todavía recordamos el libro de las bicis del sol que fue con el cual aprendimos a leer. En la clase nos sentamos en grupitos con las mesitas como habíamos llegado, quién nos iba a decir que esas niñas que estaban sentadas en la misma mesa terminarían siendo nuestras mejores amigas. Yo me senté obviamente con mi prima, una chica llamada Clarita que resultaba ser físicamente igual que mi prima pero rubia, Belén una niña rechonchita y con cara de que le pegaba a todo el mundo, y Macarena una niña muy flaquita y calladita. La señorita por supuesto intentaba ser lo más dulce del mundo con nosotras y de repente tocaron la puerta, una señora de edad con anteojos. La maestra nos la presento… “bueno chicas, ella es la abuela Mimí, así que cuando entre vamos a saludar con un Buenos Días Abuela Mimí” y todas cuando la señora mayor entro dijimos a coro “Buenos días abuela Mimí”.
Llegó el recreo y corríamos al trote por salir lo más pronto posible de esa aula donde estuvimos encerradas una hora, al intentar ir al quiosquito todas las niñas eran muchísimo más altas que nosotras, hasta la misma barra donde se pedía lo que uno quería era más alta que yo, tenía que sacudir las manos por debajo para que se diera cuenta la señora que vendía que existía, que ocupaba un lugar en el espacio y que quería un dulce. Las señoras que vendían eran otro personaje había una que temblaba terriblemente para dar el cambio y llevaba consigo la rapidez de un caracol, la otra era muy simpática y ágil recuerdo su cabello teñido que tonaba entre el castaño y el rojizo.
Cuando salía al recreo todas estaban corriendo, así que corrí tras mi prima y allí me quede jugando con Clarita, Maca y Belu.
Esos recreos, parecían una guerra, habían dos grupos en el curso, las que estaban en contra de Belén y las que la ayudaban, claro yo estaba del lado del que la ayudaba. Belén siempre estaba en el rincón por que se portaba mal y peleaba con todas, una vez se peleo conmigo y Lidia siempre recuerda el haberme visto a mi y a Belén una en cada rincón…yo nunca lo recuerdo.
Entre el primer grado y el segundo me hice amiga de Rocío García Espineta… o Rosario?, Rosario, siempre me confundo. Una niña rubia y un tanto gordita con la que compartíamos la misma manía, Sailor Moon y las muñecas…recuerdo de ir a su casa tantas veces a jugar a las muñecas y a la pileta, era de mi barrio pero también recuerdo la gran decepción cuando me contó que Sailor Moon le gustaba solo estéticamente, no le gustaba su historia, pero en fin, para ese entonces ya éramos grandes amigas.
Era esa época de las figuritas, los tazos y el asqui-moco, las intercambiaba también con Lidia y Melisa…Lidia una niña que no era tan amiga en ese entonces, me peleaba tanto con ella como con Belén, habían formado un grupo ellas y Carla, Melisa era amiga de Maca y Clarita y yo estaba con Rosario.

Lamentablemente para cuando empezó tercer grado Rosario se había cambiado al Virgen del Pilar y ya no volveríamos a frecuentarnos, allí comenzó mi gran odisea en la Escuela. Cuando intentaba acercarme a mi prima Meli, Maca se ponía celosa y me empujaba y yo la empujaba y así pasábamos los recreos peleándonos. No tenía amigas a excepción de mi prima, tampoco tenía una personalidad avasallante y me había peleado con la gran mayoría de las niñas del curso… pero había una siempre sonriente y sola, tal como yo, pero ella estaba sola por que las demás estaban celosas de sus buenas notas. Recuerdo todavía una tarde donde estaban jugando al elástico y a la soga, yo tenía una soga propia y ella estaba comiendo unas pastillitas, le pregunte lisa y llanamente si quería ser mi amiga y Noelia contesto que sí, así que comenzamos a saltar a la cuerda.


(Lidia, Meli, Maca, Celes y en la esquina Nano foto no tan vieja de cuando teniamos 15 años)




Un día Macarena no había llegado temprano como siempre lo hacíamos para quedarnos jugando un rato más en el patio interno y llegó llorando mucho con una lastimadura sangrando en su frente. Su padre había chocado y estaba mal por que no había visto a su hermanita Guada y no sabía si estaba bien por que mi bien le pusieron la venda la metieron en el colegio. Estaba llorando en el patio interno, agachada y más rápidas que la luz un par de chicas se acercaron corriendo, ese par de chicas que se acercaron de diferentes grupos donde estaban jugando no eran amigas en común, pero por algo nos acercamos verdad?. Lidia había llegado corriendo a los brazos de Maca, tocando su hombro derecho, Melisa tocaba su hombro izquierdo, Clara tomaba su mano derecha y yo su mano izquierda y así nos quedamos, luego llegaron las demás niñas pero ese recuerdo se quedó así en mi mente. En ese momento no seguimos juntas, pero ese fue el primer momento donde lo estuvimos.

Trágicamente por primera vez la muerte llego a nuestras vidas, había muerto el papa de Belén, aquella niña peleadora. Muy triste me sentí pues también Belén era muy soñadora y romántica, y su familia era muy simpática para todos. Recuerdo que nos contaba que saltaba en el patio del cole y podía verse una ventana del cielo y todas nos quedamos saltando donde había dicho a ver si estaba la ventana. También nos contaba que su papá podía pasar de una calle a otra sin cruzarla lo cual era algo fantástico. Desde ese momento Belén dejó de ser la niña temida por todas. Siempre había estado peleando, una vez hizo sangrar a Noelia y le tuvieron que dar unos puntos, pero todo aquello ya era parte del pasado.

Las clases continuaban y cada año teníamos a la misma profesora de educación física, la gritona de Susana. Jugábamos al fútbol y siempre se nos iba la pelota al techo con lo cual las chicas más grandes subían al tejado a buscarlas y aplaudíamos cuando la bajaban. Teníamos a la directora más buena del mundo Araceli, y tubo un bebe, y todas nos dedicábamos a mimarlo cada vez que podíamos.
Recuerdo todavía unas reuniones de padres que se sucedieron en un momento en que se pensaba que el colegio cerraría pero de lo cual nosotras, las más pequeñas, no nos enteramos sino años después. Era de noche y los padres se habían reunido en un aula estábamos Melisa, Maca, Marianela, Lidia, Belén y unas chicas dos años mayores que estaban en 5to grado, las cuales habían decidido ir al segundo piso, donde además de dictarse las clases del secundario estaba el salón de actos y quién sabe cuantos misterios más. Ninguna de nosotras se animó claro está, pero esperamos a que llegaran las demás… y así fue… luego de un rato, llegaron corriendo en estampida del salón de actos con unas caras de terror que nunca olvidaré, no podían estar actuando, por que actuarían muy bien, dijeron haber visto algo increíble pero muy predecible… dijeron haber visto en los pasillos donde se encontraban las puertas del salón de actos a la Virgen María pero les dio terror con lo cual corrieron espantadas a los gritos. Nos fuimos todas al salón donde se estaba dando la reunión de padres y jamás dijimos nada de lo que había sucedido.
Desde ese entonces fue algo típico de las reuniones de padres nocturnas subir al segundo piso del colegio.
Una vez que se estaba organizando el acto del pesebre, al entrar en el patio interno un padre, una maestra, y una alumna fueron espantados por unos murciélagos el padre pudo ahuyentarlos y matar a uno o dos, uno de seguro ya que quedo estampado contra el techo de la escalera de mármol que da al patio interno, tal cual la señal de Batman. Esa mancha de sangre tardó muchos años en ser pintada, pero hace poco la borraron.

Una tradición de año a año era el pesebre viviente donde nos disfrazábamos de corderitos, angelitos y una niña de ojos claros como Nadia Sisto era la Virgen María. Macarena y Melisa siempre recuerdan haber sido angelitos, es más, tienen fotos, yo nunca lo recuerdo, creo que una vez fui pastorcita y llevaba mi flauta dulce, me acompañaba Delfina y Lucas.

Los chicos, cuando llegaron los chicos al colegio habíamos entrado en la llamada edad del pavo. Llegó Martín en 4to grado y vivió un año rodeado de mujeres, la cual no creo que fue una experiencia regocijante para él. Hablábamos de “la peste de Martín”, al menos no se puede quejar fue el único que logró unir a tantas mujeres con sus peleas para un mismo fin…rechazarlo a él, claro está. “La peste de Martín” se contagiaba si tocabas a Martín, te delataban a los gritos si la tenías, eras humillado si no le dabas importancia y era una especie de enfermedad inexistente que se pasaba de mano en mano, con lo cual si se la pasabas a otro te la sacabas de encima y se iba con un buen baño de agua y jabón. En 5to grado llego un chico totalmente diferente a Martín, llamado Lucas. Martín era morochito de cara y pelo negro y Lucas era Rubio y blanco, claro esta uno con menos cerebro que el otro. También en 5to había llegado Memy, si mal no lo recuerdo y Pilar.

Cuando te ponían la mano sobre la cabeza y veías como con la mano tapada estaban contando números te tenías que tapar la boca con lo cual el otro niño te delataba diciendo “tenés 120 novios!!!” como si fuera un asco, a mi me lo dejaron de hacer cuando al grito de “tenés 70 novios!” yo dije “Uhy que suerte!!!!!” con una sonrisa de oreja a oreja.

Al llegar la comunión todos nos sentimos un tanto más grandes y con mayores responsabilidades por delante, sabíamos que todo estaría cambiando, como una especie de metamorfosis…
Debíamos de hacer lo correcto, todos queríamos portarnos bien para poder con la comunión transformarnos en soldaditos de Dios.

Vinieron los padrinos de Chascomús, una fiesta hermosa de Melisa y mía, para lo cual el colegio nos había estado preparando todo ese año para recibir “el cuerpo de Cristo” el mismo que se me quedó pegado en el paladar.
Intercambiamos con las chicas las tarjetas de comunión como lo hacíamos con las figuritas y también con las tiritas del cinturón de las túnicas nos dedicamos a bailar y saltar a la soga antes de la ceremonia.
Recuerdo que ese día estaba el maratón de Carreofour con lo cual todas llegamos tarde, y claro está a pie y corriendo por que la calle céntrica del cole estaba cerrada. Tardamos una hora en llegar todas, hasta que comenzó la misa, con la música de fondo del maratón y la voz del comentador de maratón.
Al terminar nos sacamos una fotografía todas juntas, una foto enorme que todas recordamos, en la cual estábamos todas espléndidas. Al finalizar nos dieron un librito de “Mi Primera Comunión” donde al menos la mía tiene fotos de bebe y letras de las canciones más lindas que cantábamos en las misas del colegio con la dedicatoria al final de nuestros padrinos de bautismo. Mi canción favorita era “Rendid a Yahvé”.
Recuerdo muy bien que en las lecciones de la primera comunión la maestra nos había advertido que estaban mal los vicios y que no deberíamos fumar rotundamente se había negado a que nosotras fumáramos, con lo cual al término de la ceremonia se alejó caminando y nosotras entre risas y tremendas carcajadas vimos como tenía un cigarrillo encendido en una mano, como para darnos bien el ejemplo… con lo cual muchas años más tarde… tomaron sus enseñanzas y aplicaron su vivo ejemplo.

Los años se sucedieron, pero a mi me resultaba más difícil estudiar, las complicaciones habían llegado de la mano de las tablas en 2do grado donde por primera vez tuve que estudiar, todavía las sigo odiando con lo profundo de mi ser a esas malditas tablas de multiplicar. En el primer examen de ellas en 2do grado, como no las sabía me largué a llorar y lo pude aprobar por suerte, esa era una buena técnica, ojalá la hereden mis hijos, nunca bien a mal un poco de sensibilidad que enternece a las maestras.

Luego de estos sucesos, comenzó una de las épocas más complicadas de la vida de una persona, claro esta que es complicada por que es en la que continúo viviendo hoy en día.
Una vez me había descompuesto y mi mamá sabiendo que estaba cerca de la edad me dijo, “Cuando te marees, me llamas que te voy a buscar al colegio” y así lo hice, tranquilamente sin avisar a nadie llame a mi mamá para que me pase a buscar, y la maestra a la cual no quería por que tenía cara de limón y la directora toda arrugada que reemplazaba a Araceli ya que se había embarazado de nuevo se enojaron mucho conmigo, por suerte me fui antes de seguir escuchando sus retos. Al día siguiente la molesta de la maestra exigía explicación de haber faltado al examen, le susurre al oído lo que me había pasado y su cara cambió por completo, con una sonrisa me felicitó por lo acontecido con lo cual yo mantuve mi cara de susto por que ¿Por qué demonios felicitarme por eso?...todavía no logro entender a las mujeres cuarentonas y su locura.

Era tiempo de crecer y desmitificar mitos, para lo cuál Belén se había hecho cargo y advirtió a todas que Papá Noel no existía, los Reyes Magos tampoco y ni siquiera el conejo de pascuas y que todo era un invento, lamentablemente convenció a todas menos a Lidia que siguió con su imaginación intacta.

Una nueva etapa, entrábamos a 6to grado y estábamos a un año de ser tan, pero tan grandes como para entrar a las 7 de la mañana al colegio… a un año del secundario.
La primera clase tuvimos a las 6 de la tarde Computación y esperamos a la maestra porque llegaba tarde. Los bancos comenzaron a sonar, golpes más golpes, las voces a cantar, y el primer descontrol se creaba. Había nuevos compañeros, Mariano Colazo y Gustavo Mazzeo, más chicos… ahora eran cuatro, que haríamos?
Entre el descontrol inicial Mariano, luego conocido como Nano se habia subido a un banco y se habia puesto de sombrero la corbata haciendo como que se sacaba la camisa, justo…JUSTO cuando la maestra pasaba por la ventana cuando se iba a tomar el micro y lo vió a él. Allí sucedió nuestra primera Re-Cagada a pedos general… y escuchamos oír el nombre de “ACTA”… que después se escucharía tantas veces más…”Acta por esto! Acta por aquello!!! Acta por no hacer nada porque sé que estan planeando algo!!!”

Se creaban dos bandos, el de “Nosotros no hicimos nada, mátenlos a ellos…queremos sangre!!!” y el de “Forros porque nos delatan?!” en el cual este ultimo grupo siempre tenía a un traidor que se lavaba las manos y se hacía el desentendido, pero por suerte ese espíritu traidor iba rotando y nunca era el mismo.

Siempre existió ese inútil que solamente quería molestarme, y había llegado, Gustavo no dejaba de fastidiarme, ¿Por qué le molestaba yo? Que nada mas observaba todo detalladamente, sin decir una palabra y con la cabeza mirando algún libro en el rincón más oscuro del salón? Yo no vivía en aquel entonces, pero al menos dejaba vivir.

Ese año iba a sucederse la “Gran División en A y B” y nadie queria que lo dividieran de sus amistades, principalmente porque con las enemistades nos llevábamos muy mal. Había varios grupos, el de los chicos, el de las chetas (liderado en esos años por Floriana Asentí), el de las del resto (esas que habían repetido) y el de las del montón anti-chetas, o sea crotas (donde nos encontrábamos nosotras que no nos iba ni lo uno ni lo otro, y que por lo general estudiábamos y no nos lideraba nadie porque éramos re jodidas). Las chetas querían invadir un solo curso para ellas, y así hicimos la lista, una lista estaban las chetas y las del resto y en otra los chicos y las que por ningún motivo querían estar con las chetas, entre ellas las crotas y algunas del resto.
¿Por que nuestro curso fue el A? Sencillo, porque las chetas habían pueso en su lista “A” y en la otra “B”, tal vez A para ser primeras, pero los directivos de forros que eran siempre lo pusieron al revés.
Ese año la división dolió, en ese ultimo año me había hecho muy amiga de Florencia Moscoso y de Susanita, que le decíamos “Tuti”, y allí tuvieron que decidir, entre que grupo de amigas quedarse, yo decidí irme al otro para estar con mi prima, con Maca y con Noe, pero Flor quería irse con Antonela Carrere, y así fue. A Susanita no la encontré más…todavía conservo una carta de ella para mi cumpleaños donde decía lo mucho que me quería, los últimos días que la había visto en el colegio estaba destruida con los pelos alborotados y la gente decía que hablaba de Satanás, a Flor la reencontré en el Polimodal y aún la sigo viendo, pero eso paso después…volvamos a viejos tiempos.

Nos despedíamos de la Primaria, y Antonela Catena se iría a vivir a otro lado, la recuerdo siempre en la primera fila porque era la mas pequeña con los mocos verdes calléndoles siempre…
Una niña más Cecilia también había partido a vivir a Tres Arroyos, hablaba cada tanto con ella, era muy buena, y también había sido la mejor amiga en su tiempo de Jenny Moran si mal no recuerdo, y la extrañaríamos.
Al llegar a la secundaria Julieta Zucarelli, que la profesora Susana de educación fisica habia apodado “Zucarita” como los cereales, una chica morocha y con voz fuerte, Delfina que era rubia y Nieves se cabiaban al Sagrado Corazón, las tres juntas. Recuerdo verlas por el centro años más tarde y saludarlas como siempre, creo que continuaron su amistad, las tres unidas, pero ya no estarían en nuestro colegio…las veríamos cada tanto.
Clara, Clarita Sánches Valdubí, la mejor amiga de Melisa, se iba cada año a mitad de año y regresaba al año siguiente, pero cada vez se quedaba menos hasta que se estableció en Corrientes, tengo su mail pero casi nunca hablamos… Melisa siguió en contacto con ella, lo último que se es que había conseguido novio y estaba muy feliz, me alegre muchísimo por ella, sé que cada tanto viene y se reencuentra con Meli. Siempre nos invitaba a su pileta, era enorme, pero enorme, y tenía muchísimos hermanos y convivía con tíos y primos, disfrutábamos las tardes de pileta.
Anteriormente se había ido también Marina Campos una niña muy pero muy molesta, todos la rechazaban, hasta a mi me molestaba no se por qué, creo que hacía muchas idioteces y no sabía hablar, por algún motivo no me gusta oír a la gente que no sabe hablar y ya tiene edad para saber hacerlo. Hubo más niñas así que eran rechazadas y al año se iban, yo no me iba, nose por qué, varias veces intente cambiarme pero nunca lo hice, tal vez porque era mejor malo conocido que bueno por conocer.

Nos despedíamos de la primaria y también de esas personas, pero algo más grande llegaría…el tiempo de conocer la verdadera amistad, el tiempo de crecer de golpe, el tiempo de dejar atrás la soledad y vivir por siempre en compañía.



(mismo lugar años más tarde, la historia de cómo llegamos a esta Gran Amistad se las cuento otro día, por ahora un adelanto con la foto...apenas les conte cómo nos conocimos en la primaria, después llegaría Anto y para los últimos años Memy. En la foto Celes, Memy, Maca y abajo Lidia, Anto y Meli).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuantos y lindos recuerdos, a pesar de que este comentario es semi complice, realmente me encanto la manera en la que escribiste, con tantos tiernos y divertidos detalles, haciendo de tu nostalgia interior un bello texto, que sigas recordando!